Tú, Quintus Sempronius,
Joven de un egregio linaje,
Que luciste tu hombría por toda la ciudad,
Experto en la tensión del arco
Y en el manejo de la espada,
Curtido en mil batallas amorosas
Y condecorado en todas ellas,
Ahora, cuando los bárbaros golpean
Las puertas de los templos y palacios,
Adviertes que te llaman de otra parte
--lejos, lejos de Roma--,
te levantas la toga praetexta
para evitar caídas, tomas aire
y, por fin, haces mutis por el Foro
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